miércoles, 24 de noviembre de 2010

La Iglesia Catolica y la Gran Ramera del Apocalipsis

Dando razones de nuestra fe
La Iglesia Católica y la Gran Babilonia
Pbro. José F. Álvarez E.

En el libro del apocalipsis, específicamente en los capítulos 17 y 18, el apóstol Juan nos relata la visión sobre la caída de babilonia: la gran prostituta, cuestión que muchos han interpretado como la caída de la Iglesia Católica, a quien catalogan como la gran ramera. Nada más lejos de la verdad.
Debemos comenzar recordando que el Apocalipsis es un libro repleto de símbolos que no son fáciles de entender. Tanto es así, que debido a esta riqueza simbólica, muchos perciben al Apocalipsis como un texto aterrador y catastrófico, difícil de comprender y nada esperanzador. Los que así piensan seguro desconocen que este libro fue escrito para todo lo contrario. Su misión es alentar a la Iglesia perseguida, el escritor sagrado intenta dar esperanza a los cristianos en medio de la persecución romana.
En el lenguaje simbólico del apocalipsis, la prostituta llamada Babilonia es Roma, ciudad construida sobre siete colinas y que para la época era la gran perseguidora de la fe cristiana. El apóstol Juan, le llama Babilonia debido a que la relaciona con la capital del imperio babilónico del antiguo testamento, que también hirió fuertemente al pueblo de Dios (2R 25, 1-17).
Roma era una ciudad impresionante por sus riquezas y sus desenfrenos, por eso el escritor sagrado afirma que: "La mujer estaba vestida de púrpura y escarlata, resplandecía de oro, piedras preciosas y perlas; llevaba en su mano una copa de oro llena de abominaciones, y también las impurezas de su prostitución." (v.4)
Roma es sin duda, la ramera de la que habla el apocalipsis debido a que "con ella fornicaron los reyes de la tierra" (v.2). Estos reyes, como Herodes, se prostituían con ella para obtener poder sobre alguna provincia del imperio. Otras referencias también se aplican a Roma: "se sienta sobre grandes aguas" (v.1), alusión a su dominio del mar Mediterráneo, considerado como el principal mar del mundo. Las siete cabezas de la bestia son “siete colinas” (v.9). Roma, como ya hemos dicho, está asentada sobre siete colinas: Palatino, Capitolino, Quirinal, Viminal, Esquilino, Celio y Aventino.

Así, podemos concluir que los títulos de ramera y gran Babilonia, lejos de referirse a la Iglesia fundada por Jesús sobre San Pedro, identifican más bien a sus enemigos. La Iglesia está en oposición a la ramera y sufre martirio por esto. El Apocalipsis no desdice de la Iglesia, al contrario la honra por su fidelidad al Señor hasta dar su sangre en esta lucha: "Y vi que la mujer se embriagaba con la sangre de los santos y con la sangre de los mártires de Jesús. Y me asombré grandemente al verla" (Ap. 17,6)

4 comentarios:

  1. QUE BIEN.... EXCELENTE TEMA

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  2. Padre, me hace una gran ilusión invitarle a la lectura de la primera parte del artículo: El Universo no necesita a Dios. El artículo (I) en el que se responde con una actitud crítica y en absoluto gratuita a las afirmaciones vertidas en el artículo de contraportada publicado en La Provincia, un periódico regional de las canarias. Este artículo hace unas aseveraciones totalmente gratuitas y simplistas acerca de la existencia o no de Dios, y acerca de la operatividad o no de Dios.
    En mi opinión no se trata de ya de ser creyente o no, si no de poseer la suficiente sangre en las venas para indignarse ante lo descaradamente burdas afirmaciones de unos científicos que pretenden ser algo más que eso, (¿gurús, profetas de una nueva religión…?).
    Por otra parte todo aporte suyo será muy bien venido.
    Un saludo desde la isla de Gran Canaria

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  3. Excelente explicación, continué haciendo esta labor evangelizadora.

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