Quita las piedras
Cuentan que un día el filósofo Diógenes estaba parado en la esquina de una calle riéndose de la gente que veía pasar. Unos amigos que atravesaban la calle se acercaron al filosofo y le preguntaron: ¿Por qué te ríes? ¿Qué es lo que te causa tanta gracia? ¿Acaso te estás burlando de nosotros?
De ninguna manera, les respondió el filósofo tratando de contener la risa. Y entonces, ¿porque te sigues riendo? Le preguntaron seriamente sus amigos. Diógenes les dijo: ¿Ven aquella piedra que está en medio de la calle? Pues ya han tropezado con ella más de quince personas. Después de tropezar la miran, se quejan, se lamentan y se van. Y ¿eso te causa risa? le preguntaron aquellos hombres un poco enojados por lo que les parecía una burla del filósofo. ¡No, no! No me río de la gente que tropieza, sino de lo estúpidos que podemos llegar a ser los seres humanos, ¿no sería mejor si en vez de quejarnos y lamentarnos, nos detuviéramos a quitar la piedra y así evitar que otros puedan tropezar?
Si Diógenes el filosofo se parara hoy en una esquina de nuestra ciudad o si leyera las noticias que todos los días llenan las paginas de los periódicos, estoy seguro que se reiría, no de nosotros sino del modo en que vivimos actualmente. Nos quejamos de lo que pasa, nos lamentamos de la situación en que vivimos, pero, ¿hemos hecho algo para quitar las piedras con las que seguimos tropezando? Dicen que no hay peor ciego que el que no quiere ver, y la ceguera y la indiferencia es el mal de este siglo.
Hoy es un buen día para reconocer las piedras con las que continuamos tropezando, la mediocridad, la deshonestidad, el egoísmo, la poca solidaridad, son los obstáculos con los que tropieza la construcción de una sociedad mejor para todos. Necesitamos darnos cuenta de lo importante que sigue siendo nuestra colaboración y nuestro compromiso por hacer de Venezuela un país de oportunidades para todos.
Es necesario dar a nuestros jóvenes esperanzas de futuro, es urgente retomar una educación basada en los valores que año tras año hemos ido perdiendo, y esto solo se consigue con el empeño de cada uno en la familia y sobretodo con el ejemplo que podamos ofrecer a las nuevas generaciones.Ya no se trata de una piedra, hoy en día se ha formado un muro que debemos derrumbar. No se trata de volver a ser lo que éramos, sino mas bien de empeñarnos en ser lo que necesitamos ser para dejar a los que vendrán una calle limpia y sin piedras.
En este nuevo día dedica tiempo a pensar y a ponerle nombre a las piedras con las que tropiezas todos los días, quizá es tu falta de fe, o a lo mejor es la agresividad con la que tratas a la gente, puede ser que esa piedra sea tu mal carácter, o la tristeza que no te permite salir de la depresión.
Hoy es un buen día para detenerte ante esa piedra y quitarla de tu camino, de este modo no volverás a tropezar con ella y harás que los que pasen por el camino de tu vida no tropiecen con las piedras que tu ya has tropezado.
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